¿Crisis, qué crisis? Cuando hace 10 años vinieron dos “Servas” de Uruguay a visitarnos, los dos son arquitectos, la primera observación que me confesaron fue sobre la infinidad de grúas (ellos le dicen plumas) de construcción que se veían por todas partes. Llegar a un país y ver en el horizonte –decían- un montón de grúas significa que ese país tiene una economía muy activa. Desde aquel momento llevo oteando en cada salida el nivel de grúas/plumas que me hablan sobre la salud económica del país. No ha sido tarea difícil. A cada pueblo mediano, ciudad pequeña, mediana o grande que vas, un incontable número de plumas compiten con las torres, antenas y edificios, otorgándole al paisaje una visión un tanto caótica. Pero tan acostumbrados, hemos dejado pasar desapercibida esa forma de agresión estética a la belleza urbana en pos de ese crecimiento. Tal vez deslumbrados por la ilusión del cambio constante de las paredes, calles, vías, formas`…todo conformando una aventurada arquitectura urba...
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