La soledad es un puerto donde amarran las dudas. Tiene adeptos y adictos y deja reguero de víctimas. La soledad es la estela del fracaso, la falta de una mirada interior, la identidad perdida, un pasaporte sin páginas. Encerrada en un habitación sin puertas, paisaje sin blancos, sonrisas a media asta. Un cero a la izquierda, en un contador sin números un cine sin butacas, el “the end” de la sonrisa. Un anuncio de neón en una calle “descallada” Arremete contra todos y deja en las riberas amables del silencio ancianos, adolescentes, mujeres, ricos y artistas de peluche discapacitados del amor perdedores perdidos prostitutas de calle… de carretera… ¿no me digas qué soledad? oradores de infinitos claustros inventores de traumas orfanatos de sentimientos. Hace mella la soledad cuando te miré de frente y bajaste la mirada no era una gota de rocío, al otro lado de la línea alguien lloraba.
Un blog sin encuadernar