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Mostrando entradas de diciembre, 2009

Farolillo de Navidad

Un trago frío pobres de Navidad vagabundo en Buena Noche que los modernos les llamamos -de solemnidad-. duerme-cartón al intemperie. Una estrella falsa de oriente un río helado, sin corriente un molino parado un beso de encuentro, de amor, de despedida estación de llegada, una terminal de “arrivals” un tren de mentira Un Noël con CocaCola una “nadala” en el centro de la mesa Un amigo invisible una ilusión envuelta en celofán una luz de neón, color cian se acabó la bombilla incandecente welcome to “led” una hoguera, una parrilla una carta, postal una rotonda para entrar en tu alma. Una carretera sola, un STOP de tu mirada un GPS sin señal. Fun fun 25 de diciembre Un cigarrillo en zona de no fumadores una pipa de la paz… otra vez Navidad. Pescador olvidado en los mares de infierno contando atunes y piratas un as en la barra de cualquier bar. Crisis financiera, ERE que ERE lista de parados y tantos… caminos por hacer. Una iglesia vacía en la zona cero de nuestra abundancia de oro, inciens

restos

Restos, Restos de mar en El Malecón De lluvia, de calabobos infinito En la piel seca caótica ciudad. Viajo sin caudal, sin mochila, Deambulo, farola amiga, canal puentecillo, escultura de escayola, pináculo mudo, usado sólo por el viento gárgola ironía de piedra, lazo de cornisa. Restos de tu censura, de tu palabra, a destiempo. Palurdadas de un soñador que sigue en la cola de espera En este hostal de carretera Anestesia me espera, alucina oro y cerveza Mal trago, maltrato, “corazón partío” Mi “vela” arrastrada por un viento alisio salvado por el tajamar, por mi destino, del mar a la estepa, al páramo. Betulas me saludan, saben que admiro Galaxia de madera, árbol “in vitro” Lluvia de hojas de abedul Ternura finita. Restos El acantilado es un deseo del mar de mentira es un pie descalzo, limite rompeolas, peldaño de agua besos de aire, calle sin entrada Luis Miguel Avendaño

Abuela

Mi abuela dice, “niña” Me tiene pillada Es el templo del tiempo sustenta mi cielo detiene su mirada para leer en mis ojos mi mandala. Sus silencios arroja por la ventana. Le encanta la palabra escucha con solicitud disimula mi compostura osada, aconseja. ¡sospechosa objetividad! Te lleva a la nostalgia y supone tu futuro. Tu memoria, lleva a la suya llena de vida…¡Es un susurro! en el trasiego de almas y anhelos sigue soñando libertad. Nos cautiva con sus proverbios sus frases, la edad- experiencia, sus cuitas, sus historias, sus recetas, sus trucos. Limpia como su corazón, su voz serena, un poco rasgada. A veces por mi indiferencia, acierta en la palabra, o es muda por prudencia. Lee mi pensamiento: ¡¡adivina!! mi estado de ánimo, mi tontería. Ella es dulce y lleva la fragancia olor a enramadas de antaño a pastelitos de anís, a piel de mebrillo. Figuras de papel en su mesa camilla un santo nos vigila eleva una oración, más que por ella no pide, le da las gracias. ¡Ay santo! Mi abuela