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Mostrando entradas de noviembre, 2008

como me hablas

Hablo sin decir palabra amo las lenguas las expresiones dar la palabra, desplegarla, escrutarla, que la recoja el alma, tu alma. ¿Por qué al hablar nos miramos a los ojos y no a la boca? entonces ¿hablamos con la mirada? Mas, si clamamos al cielo hablamos con las manos y exclamamos con vocablo desesperante hablamos con denuesto. Cada niño nace trae un pan bajo el brazo, ¡qué tontería! ¿qué trae? trae carácter…su enjundia. y desde al útero le acompañará la palabra. Papá, mamá, subvención familiar “que por concebirte no nos dan casi nada”. La palabra será el pan la puerta de entrada el ánimo, el sosiego también la palabra la puta palabra a veces es guerra, es lapidación un guiño al odio, a la estafa es tontería la palabra, un fraude es mediocridad hecha filosofía ¿De qué depende? todo depende del uso, de coordenadas de las voces estiradas cálidas, sentidas, animadas de recurso, del matiz tu tono de voz de la pomposidad de la política de la palabra de la palabra en la política toda... tod
Una hermosa historia real sobre un hipopótamo y una tortuga que sobreviven al tsunami en la Costa de Kenya. Este es un bello ejemplo de cómo esas diferencias no son naturales, son invento de nuestra sociedad y de nuestra forma de vivir, una manera de ir destruyendo nuestra convivencia. Se puede convivir en la diferencia. Hola En el pasado encuentro en Els Reguers señalé en clave quasi cómica, por eso no se me entendió, sobre lo bello que es contemplar cómo acariciamos a nuestra mascota, gato, perro,... y cómo nos miran agradecidos, mueven la cola...y brincan de alegría, juegan, etc. Ellos (los animales) saben el chollo que les ha caído encima y explotan estas cualidades. No deja de ser una asociación de intereses. Pero yo puse sobre la mesa, la posibilidad de que un hipopótamo, un elefante, una jirafa, un animal de los llamados grandes nos adoptara un buen día e hicieran lo mismo que hacemos con nuestras mascotas: sacarnos a mear, a dar un paseo al parque, hacernos una casita, ponernos

Obama in excelsis

En tiempos de crisis, brotan las palabras, los sentimientos... Busca la gente alguien a quien contar lo mal que le va. Es como una pesadilla. Está pasando. Tras muchos años de antiguedad en la sociedad, en el trabajo, en la cooperativa, en la empresa, en la oficina... de repente todo se va al carajo. ¿Y los planes? Cuando vas adecentando una cuenta corriente con un trabajo rutinario y aburrido, todo conduce a un manejo de la tarjeta en la medida que nos da la cresta mensual como saldo disponible para fundir en uno u otro ATP. Los restaurantes, los viajes, las juergas, el despilfarro de una recién fulgurante clase media nos ha ido colocando en una falsa "sociedad del bienestar" que no quiere decir del buen hacer, del buen sentir, de las buenas maneras... todo esto decreció al mismo ritmo que aumentaba nuestro tiempo de "shoping". Así, a medida que "engordábamos", perdimos la esencia de la vida. Mientras el planeta hacía su protesta, nosotros mirábamos para