Navidad 2014.
Cantábamos el Adeste fideles y Noche de paz en el colegio de
niños de los salesianos de Zuazo de Quartango, y los ojos viajaban entre las
calles de un Belén con río, pastores,
montañas, estrellas, Reyes Magos...Hace unos años visité Belén en eso que lo
llaman Palestina que está rodeado de muros, controles y gentes diversas. Algo
debió ocurrir allí ciertamente, pero tal y como está la situación cuesta
concentrarse. Tienes que hacer un gran esfuerzo para situar las figuritas que
montábamos de niños a lo que es hoy la actual Belén. Pero al final sí, la
emoción.
Para cada uno los años pasan de diferente manera dependiendo
de la situación personal, sentimental, laboral, anímica,... pero al final casi
todos terminamos haciendo el mismo gesto de darnos la paz, no sé si por lo que
sucedió en Belén, por una costumbre más pagana o sencillamente porque termina
un año de calendario que no es más que
una escala de medir dias, noches y visitas al médico.
Hay desencanto general, siempre pienso que es la edad que
nos vuelve un poco cascarrabias a todos. Trato con jóvenes a ratos y no veo ese
desencanto. Tienen toda una vida por delante y sólo faltaría que pensaran en
las putadas que nos están haciendo los políticos, los bancos y todo el elenco
corrupto que nos invade por todos lados. Ajenos por naturaleza, la de la edad,
a todo cuanto sucede en este país y en este mundo, pendientes de sus vidas, su futuro,
sus fiestas, sus chicas y sus estudios, unos con responsabilidad y otros...
Llegados aquí tan solo desear todo lo mejor para estas
fechas que son, SON muy familiares, que son para disfrutar de lo que tenemos si
es salud, si es amigos, si es cualquier bien que nos proporcione la felicidad y
sepamos agradecer al dios que creamos la suerte que tenemos de ver la luz de
cada día. Habría que hacer un apartado especial para la amistad, casi es el
motivo por el que todas las personas escribimos algo en estas fechas. La
amistad es la única que triunfa en Navidad, sin ella, estaríamos paseando solos
por la ciudad escuchando en la Noche
Buena los sonidos y sonados villancicos desde alguna casa en la que hay
sonrisas y nostalgias. Eso se ve en las películas, pero intentaré, no obstante,
acordarme de quienes no tienen amigos, ni familia, o la tienen lejos, están
enfermos, refugiados, escondidos, prisioneros, secuestrados, violados,
marginados, o esperando la suerte que la muerte no les toque a la vuelta de una
bala perdida en una guerra guiada por algún loco de turno. El mundo, como
siempre, está hecho unos zorros, pero si en estas fechas nos llega al corazón
un poco de ternura y nos hace
reflexionar o al menos concedernos un tregua a todo tipo de conflictos,
habríamos ganado un día, un sueño y la esperanza de que podemos cambiar algo
con la mera sola intención de QUERER.
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