Nada que decir al juego de la democracia que nos permite elegir nuevos gestores de nuestras vidas, la de nuestros paisajes, la de las infraestructuras del país, la región, la comunidad... Pero son cosas de unos días, hoy todo está en los medios, las valoraciones, los ganadores que suelen ser todos, se van desinflando cuando se acerca la realidad y todo sigue igual... comienza el largo silencio de cuatro años, salvo que algún escándalo mayúsculo haga saltar por los aires el gobierno creado a imagen de los mismos de siempre. Porque al final, como dicen los "nadies" siempre ganan los mismos. Dentro de unos días, se irán largando los periodistas enviados... se retiran los focos, las cámaras y las unidades móviles. Mientras la vida continua como se dejó dias después, será como la resaca después de las fiestas: hubo ilusión y nos quedamos de nuevo con la boca abierta esperando que venga algún "salvador" Realmente, tras unas elecciones que han levantado mucho interés ¿Cam
L os remolinos del invierno llevaban las esquinas y buscaba un bar para refugiarse. Bajo el soportal de la plaza mayor se agrandaban los minutos. Ah, los minutos eternos, tremendos sonoros en el corazón, no son solo espera, son desespera-ción. Él auscultaba cada rincón para ser el primero en alcanzar la mirada y adivinaba al revés, pues de pronto una mano rozaba tímidamente su hombro… -ya estoy aquí, perdona por el retraso- . Llegó tarde, como la excusa. El soportal de la librería Santiago Rodríguez, guardaba un relato más de amor de una tarde de domingo. El primer amor lleva mal los primeros pasos, la incipiencia es una virtud adolescente, desconcierta, carece de manual y no saben cómo reaccionar. Todos los sueños y vueltas sobre el verbo, se congela de repente ante tanta admiración. El corazón se reserva su espacio y no deja fluir… tan solo un – ¡Qué guapa estás¡- Una amor “avanzado” contestaría, -claro mi amor, me he vestido para ti . Pasean sin cesar, transcurre la vida fuera