El Cabo de Buena Esperanza |
En este viaje "deprisa"
Delante de la casa
parterre, una planta, retos de vida
en madera mojada
por un cable llega cierta corriente
para aviar el tinglado...
por un tubo, gotas de vida incierta
licencia para vivir tras una valla
calles animadas, incompletas.
Niños con miradas expresivas
cargan mochilas de colores
con sus uniformes
Joven en Johannesburgo |
caminan con desparpajo
junto a la carretera
calle arriba, calle abajo
para pintar jornadas de ida y vuelta
andan caminos, orillas...
En este viaje "deprisa"
me quedo con esos niños,
muchas sonrisas
de la gente jovial que conversa en la calle
sentada en cualquier lugar;
la calle es una tienda, la calle es un mar
que con orilla de rastras,
no hace falta tanto bar.
No he visto mucho este país
Corte Constitucional-Johannesburgo-Sudáfrica |
pero he sentido
mi piel blanca como algo extraña
en un mundo más negro
y ahora dudo
si Dios es blanco
como el de las estampas
o negro de bondad.
No he tenido tiempo de caminar
por pueblos y calles, Sudáfrica.
Pero en tu extremo
Cabo de Buena Esperanza
he visto dos mares a lo lejos
blanca espuma
batiendo aguas contra las rocas.
Autovía de Pretoria a Johannesburgo |
He visto la luna
haciendo del rimo poesía en el vaivén
que nuestras cámaras captan sin cesar,
sin cesar, sin cesar...
Los smartphone hacen la crónica
de click en click
cuando llega una wifi
como los niños "de París".
No imagino cómo es tu bohío
en ese barrio marcado por vallas.
Pero imagino tu casa limpia,
llena de colores
y tótems en los rincones
del que cada domingo te pones
Proximidades de White River (Sudáfrica) |
de blanco gospel.
También imagino tus mañanas hogareñas
barriendo el portal y la calle
sembrando agua con una herrada
mientras suena un timbal
un perfume de tierra mojada
que rapea tu vida y tu techo de hojalata
protegida por la "mama"
y una alfombra de soledad.
Puede que sin cama esponjosa
en un sofá de colores africanos
un poco destartalado
en un espacio en el que los metros
no son cuadrados
Chabolas en Soweto |
sino espirales de sensaciones
que respiran por las calles
y descansa la vida mientras
la jornada repara el ritmo del reloj.
Por una autopista repleta de amanecer
es hora de levantar la mañana
ver parpadear el sol...andar...
África es andar y andar.
Que por tu magia ¡Sudáfrica!
tus recuerdos nos acompañen
y permanezcan en el viaje
de nuestras vidas.
Luis Miguel Avendaño, agosto 2016
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