Te escribo cuatro líneas
a dos besos de distancia
desde el otro lado del puente
Esto no es Fort Greene
Ni la Zona Cero
ni una tienda puertorriqueña
que te vendan un “te quiero”
en oro falso reluciente
en las mismas líneas
un título del libro que no leo
te llegará muy fresco
está bien envuelto
en papel de cielo
en color verde azul y agua marina
no tiene título ni portada
ni lomo de terciopelo
tiene tan solo dos palabras
dos
para un libro entero.
Cuando comiences a leer,
te paras
y te esperas un sueño entero
no levantes la mirada,
sigue leyendo,
y un río de palabras
seguirá fluyendo
llegará una barca
al otro lado del río
con el fondo de un Manhatan
te esperará alguien
sentado en un banco en South Street.
para que llegues siempre tarde,
a destiempo
retando a la hora
que dos velas van consumiendo
una estancia rota
a la que robaron dos palabras
que se llevó el viento.
a dos besos de distancia
desde el otro lado del puente
Esto no es Fort Greene
Ni la Zona Cero
ni una tienda puertorriqueña
que te vendan un “te quiero”
en oro falso reluciente
en las mismas líneas
un título del libro que no leo
te llegará muy fresco
está bien envuelto
en papel de cielo
en color verde azul y agua marina
no tiene título ni portada
ni lomo de terciopelo
tiene tan solo dos palabras
dos
para un libro entero.
Cuando comiences a leer,
te paras
y te esperas un sueño entero
no levantes la mirada,
sigue leyendo,
y un río de palabras
seguirá fluyendo
llegará una barca
al otro lado del río
con el fondo de un Manhatan
te esperará alguien
sentado en un banco en South Street.
para que llegues siempre tarde,
a destiempo
retando a la hora
que dos velas van consumiendo
una estancia rota
a la que robaron dos palabras
que se llevó el viento.
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