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Meditaciones sobre un boeing 747



Ahí es donde tendríamos que pasar los meses de verano, entre la planta sub1 y la 6ª, subiendo y bajando escaleras. Por el módico precio de nada, te puedes pasar unas vacaciones de p. madre. La "happy people" subiendo y bajando escaleras con sus paquetes (entiéndase el buen sentido de la palabra) probándose zapatos, bragas, pijamas, tocando los aparatos (entiéndase bien), abriendo libros, fisgando, auscultando rincones con objetos brillantes y llenos de lujo en forma de falso cromado .... en fin, que te puedes tirar practicando el gerundio durante horas y a una temperatura ideal para tu body. Esto me recuerda los comentarios que Anna Cris hizo en el Aeropuerto de Madrid que ¡ya tiene coña! se llama "Barajas"

Los ancianos (ellos) han dejado la gran vía o la calle mayor, el parque o la rambla para ir al aeropuerto. Se sientan en los bancos de diseño y bordan con su labia la rutina del tiempo mientras contemplan azafatas vestidas de lino y seda, fular y botón de fantasía con ese brillo de toque perla en piel maquillada, medias finas tras las que se adivina piel tersa a prueba de “embarque amoroso” que gusta de ver pasar con estilo altanero-indiferente y sonrisa puesta de ocho a tres de un turno cualquiera. Así transcurre el tiempo con fondo de altavoz anunciando la tradicional “comunicamos vuelo 8765AJDT con destino Guachilandia que por motivos técnicos sufre un retraso de 3 semanas. Rogamos NO nos disculpen las molestias” ó”se ruega a Fulana de Tal se presente en la “gate” tresmil cuatro, pues llevamos 5 horas esperando que facture las 345 maletas y estamos hasta el moño de la coleta del piloto de tanto esperar”….

Al hilo del comentario de que se podría hacer una reflexión socio-cachonda del mundillo aeroportuario. Esa especie de burbuja en que tiempos atrás era para clase privilegiada y que ahora esa misma clase se ha quedado sin privilegios...
Porque tiene que joder mucho que ahora un rico tenga que compartir espacio aeroportuario con paredes de mármol, luces alojenizas y de neón, tiendas pijis, de “duty free”, que es como el todo a cien, pero sin impuestos, mensajes de latavoz en inglés, señores con cartera haciéndose el importante y señoritas con pañuelo perfumado tapando la arruga de cuello e inicio del canalillo plus.

Digo que compartir los ricos el aeropuerto con esta masa de proletariados que ahora tomamos el avión cual autobús de provincias fuera, les jode bastante, y les jode más porque para ellos, los ricos, se les ha acabado el techo. Antes podían elegir el Concorde, pero desde que una unidad hizo ¡patapuff! ahora solo se limitan a ir clase A. Y es que si a esta sociedad le quitas la clase A, nos vamos al caos. Una persona sin peinar, sin duchar, que bebe alcohol y fuma, no puede sentarse en “A” si previamente no ha disimulado bien sus vicios. Por esta razón están eliminando las clases de los aviones. Habrá aviones de clase A, es decir de cuatro o cinco estrellas. Por ejemplo ya han quitado a los jugadores de fútbol de primera división de estos vuelos y ahora ya se llevan su propio avión. ¿Cómo un jugador que vale tres millones de Euros puede viajar con un ciudadano que gana 12 mil/€/año? ¿es que tú crees que pueden compartir la misma bandejita de comida pre pre pre pre parada? ¡El rozar se va a acabar!
El aeropuerto se ha convertido en la rambla de la vida, y allí en las misma calle eléctrica, se juntan las putas y los frailes, los políticos de derechas, (los de izquierdas sólo viajan si es justificado el motivo), derechos, los tránsfugas, los terroristas, los corruptos, los perversos, los poetas, ... y algún tipo simpático y guapo como este, al que no le miran ni las señoras de la limpieza no sea que le "barran" también del espectro aeroportuario. El día que al entrar en una nave, le pregunte el piloto ¿y usted a qué se dedica?, mire yo albañil y perdone…, le darán un sonoro aplauso y le presentarán al resto diciendo, he aquí un albañil. A lo mejor el 60% de la nave son lo mismo. Pero como al ir en avión te disfrazas de intelectual no se nota nada más que en la raya del pelo.

Me incluyo yo, ahora que ya voy en avión, como un neo-rico-gilizombi que portando maleta a “desjuego” con la decoración de los elementos de embarque. Noto, con el rabillo del ojo ciertas miradas que te auscultan y te aceptan o no dependiendo de tu comportamiento y naturalidad ante el cúmulo de indicadores, calles, departamentos y secciones en las que ubicarte cuesta un “güevo”. A diferencia de los ya iniciados en el tema que muestran su indiferencia activa para demostrar que son veteranos en naves aéreas. Esperando a que abran la “gate” correspondiente, que suele ser un número. En esto no han cambiado nada: como el autobús de mi pueblo. Salida del estacionamiento 2 coche con destino Pijandillo de Calamoña. La diferencia es que en los aeropuertos no ves gente de pueblo, o al menos lo disimulan. Claro ya no queda gente de pueblo. Los sin ducha, cargados de maletas rematadas ellas con un cinto de 2ª o una cuerda anudada, con nudo de esos que tienes que usar la chaira para abrirlos. Imagino en poco tiempo algunos viajeros con sus pollos en las manos, vivitos. A ver como le explicas al pollo lo de la mascarilla y esos gestos raros que hacen los azafatos/tas en los primeros minutos de la salida. Precisamente cuando a uno le entra un pánico particular e íntimo. A los de pueblo nos gusta mirar por la ventana del avión. Ellos, los otros, solo leen o conversan. Los otros conversan, no hablan. Los otros no se les ocurrirá mirar por la ventana pues es de novatos, lo otros ya se conocen el paisaje .

En fin , no sigo, es como una crónica de verano a falta de viaje a Angola. Siempre nos quedará nuestro pequeño pueblo en Burgos, donde los aviones se ven a 60 mil pies, allá arriba en el cielo blue, te imaginas, tú como un cabrón pasando calor entre cardos, cañas de trigo, rastrojos amarillos, sequía mortal y allá arriba Dios, bueno, los que viven como Dios en un cubículo presurizado con manta y bocadillo pijo-gelatinoso, que contemplan el planeta en su parte global, mientras "sus partes" reposan en butaca acolchada con un chaleco ¿Salvavidas? debajo el culo que te contaré… Y tú, metido en un proyecto de campesino venido a menos, miras “parriba” y ves esa larga y deformada estela de humo de los aviones de achorro como se decía antes, a los que nuestra ignorancia les otorgaba la pureza de un avión que dejaba nubes a su paso y lo que deja realmente es un mogollón de humo, vapor y mierda esparcido por esas calles invisibles del acho cielo.

De todos modos, el mundo de los precarios tenemos acceso a la virtud del encuentro entre semejantes o no, y en ese abrazo esperamos encontrar en Polonia -universidad de verano de lo nuestro- la sonrisa gratis sin previo pago, sin enseñar el curriculum, pero sí nuestra "vitae" particular para compartir unos diitas con colegas que dicen construir la paz con nuestra empresa peculiar, beso a beso, hola qué tal, encantado/a...Aunque casi rozamos la perfección no estamos exentos de la cuota de capullez que acompaña nuestros días con la asimilación de las nuevas tecnologías. Espero que en esta cuota que nos toca como todo bicho viviente esté un poco exenta de lo digital de lo móvil, de lo portátil y que la cobertura no llegue más allá del susurro del tradicional Hi! darly, how are you?

Luis Miguel Avendaño

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